Entrevista a David Martín García
Estudió en la Universidad de Valladolid y tras probar fortuna en Madrid trabajando, como muchos otros, como analista-programador tuvo la oportunidad de regresar a Valladolid desarrollando su actividad profesional en proyectos tan diversos como un ERP en Delphi (el «querido» Pascal con el que aprendimos en la carrera), un portal vertical del sector del mueble en PHP, aplicaciones web en Java, etc. , y después un puesto de Jefe de Equipo para llevar el equipo de desarrollo del proyecto de mantenimiento de sistemas de tarificación y facturación del móvil.
En su trayectoria profesional (como en la de muchos compañeros) hemos «caído» en proyectos que estaban en fases de mantenimiento, en los que ya están asentadas las bases del trabajo y las metodologías que debíamos utilizar pero él ha tenido la oportunidad de formar parte del nacimiento de un proyecto y de una empresa: Anfix.
“Esto supone un continuo debate sobre multitud de elementos como las herramientas a emplear, la metodología a seguir, la infraestructura a utilizar, etc. Nos obligó a repensar las cosas mil veces, a hacer autocrítica de si ese era el mejor camino, teniendo en cuenta los objetivos y valores que siempre hemos mantenido pero con la incertidumbre de lo que pueda o no ocurrir en el futuro. Como os podéis imaginar no ha sido fácil y he de deciros que el trabajo no ha acabado, aún seguimos repensando las cosas porque una vez que el software ve la luz, se enfrenta a los verdaderos problemas que plantean los usuarios y en alguna ocasión nos hemos visto obligados a hacer cambios o rehacer elementos porque lo diseñado no se correspondía con la realidad del usuario.”
Estudió en la Universidad de Valladolid y tras probar fortuna en Madrid trabajando, como muchos otros, como analista-programador tuvo la oportunidad de regresar a Valladolid desarrollando su actividad profesional en proyectos tan diversos como un ERP en Delphi (el «querido» Pascal con el que aprendimos en la carrera), un portal vertical del sector del mueble en PHP, aplicaciones web en Java, etc. , y después un puesto de Jefe de Equipo para llevar el equipo de desarrollo del proyecto de mantenimiento de sistemas de tarificación y facturación del móvil.
En su trayectoria profesional (como en la de muchos compañeros) hemos «caído» en proyectos que estaban en fases de mantenimiento, en los que ya están asentadas las bases del trabajo y las metodologías que debíamos utilizar pero él ha tenido la oportunidad de formar parte del nacimiento de un proyecto y de una empresa: Anfix.
“Esto supone un continuo debate sobre multitud de elementos como las herramientas a emplear, la metodología a seguir, la infraestructura a utilizar, etc. Nos obligó a repensar las cosas mil veces, a hacer autocrítica de si ese era el mejor camino, teniendo en cuenta los objetivos y valores que siempre hemos mantenido pero con la incertidumbre de lo que pueda o no ocurrir en el futuro. Como os podéis imaginar no ha sido fácil y he de deciros que el trabajo no ha acabado, aún seguimos repensando las cosas porque una vez que el software ve la luz, se enfrenta a los verdaderos problemas que plantean los usuarios y en alguna ocasión nos hemos visto obligados a hacer cambios o rehacer elementos porque lo diseñado no se correspondía con la realidad del usuario.”
Superado con éxito la salida al mercado después de “tirarse 2 años en la cueva”, desarrollando el «core» del sistema y la primera aplicación que vio la luz, han tenido el reconocimiento en medios de los sectores económicos y tecnológicos, un plus de motivación para continuar en esta línea.
Valora positivamente tres aspectos que hace que el trabajo diario sea más fácil:
- Que el trabajo que realizas te guste y te apasione.
- Formar parte de un buen equipo de trabajo, tanto en lo profesional como en lo personal.
- Y por último, pero no menos importante, el apoyo y comprensión de la familia. “El trabajo que desempeñamos como Informáticos no siempre es un trabajo con un horario fijo. No podemos encender el «chip» cuando entramos en la oficina y apagarlo cuando salimos de ella. Siempre que tenemos algún problema más o menos complejo que resolver, el «coco» nos está dando vueltas continuamente intentando buscar las soluciones más adecuadas al mismo. También hay momentos de mucho estrés y presión que gracias a ellos son más llevaderos”
Cuéntanos un poco tu trayectoria tanto en tu trabajo como en el colegio
Todo comenzó a finales de los 80 cuando mis padres me regalaron aquel Amstrad CPC6128 de 128Kb de memoria RAM y unidad de disquete de 3». Este ordenador no sólo me dispensó horas y horas de entretenimiento con juegos míticos como el Fernando Martín, el R-Type, Arkanoid o Príncipe de Persia, sino que también me despertó el gusanillo de la programación con aquel intérprete BASIC que traía. Era muy emocionante ir descubriendo las capacidades de aquel aparato escribiendo una serie de palabras u órdenes simples.
Esta curiosidad fue y fue creciendo y por eso decidí estudiar las carreras de Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas y posteriormente la Ingeniería Informática en la Universidad de Valladolid. Quería dedicarme a esta profesión.
Cuando acabé mis estudios, allá por el año 2000, opté por marcharme a probar fortuna a Madrid. Trabajé en un proyecto de Telefónica como Analista-Programador, como muchos otros compañeros por aquellos años, en C++ desarrollando aplicaciones en tiempo real que recogían información de las redes de telefonía tanto fija como móvil para el control de la calidad de las líneas y la gestión de los nodos de comunicación de la infraestructura de red.
Después de un tiempo en Madrid tuve la oportunidad de volverme a Valladolid y seguir desarrollando mi carrera profesional como Analista-Programador en proyectos tan diversos como un ERP escrito en Delphi (el «querido» Pascal con el que aprendimos en la carrera), un portal vertical del sector del mueble en PHP, aplicaciones web en Java, etc.
Después de varios años como Analista-Programador, me ofrecieron un puesto de Jefe de Equipo en ATOS para llevar el equipo de desarrollo del proyecto de mantenimiento de los sistemas de tarificación y facturación del móvil y fijo de Orange. Este equipo empezó siendo de unas 10 personas y fue creciendo hasta llegar a las 25 personas.
Después de varios años llevando la gestión de este equipo conocí la apuesta de proyecto de Anfix y me convenció. En estos cuatro años que llevo trabajando en Anfix hemos pasado por tres grandes etapas: la primera fue la etapa de iniciación o comienzo del proyecto en el que sentamos las bases tanto del modelo de trabajo que queríamos seguir como las herramientas y la infraestructura que íbamos a montar para dar soporte a todas las aplicaciones en cartera, la segunda etapa fue la de salir al mercado y tomar conciencia de la realidad de los usuarios y potenciales clientes en el uso de la aplicación y la tercera etapa, en la que nos encontramos actualmente, es la de branding en medios audiovisuales para darnos a conocer a todo el grueso del potencial mercado de las aplicaciones y los servicios que queremos dar.
En qué consiste tu trabajo
Gran parte de mi responsabilidad en el trabajo, de manera muy resumida, consiste en diseñar y desarrollar todos los servicios del back-office de las aplicaciones de gestión en la nube de Anfix. Esto dicho así no es muy diferente a lo que pueden estar haciendo miles de compañeros en este país e incluso a nivel mundial, pero en Anfix nos hemos comprometido desde los inicios a no hacer las cosas «como siempre se han hecho», buscamos siempre la excelencia, en lo que al desarrollo se refiere, con el objetivo de que al usuario la gestión de su negocio sea lo más simple posible y sólo se preocupe de lo que realmente importa, su negocio.
Buscar este nivel de excelencia no es por capricho, ya que estamos manejando información muy sensible, los usuarios demandan fluidez y rapidez en la respuesta del software que manejan, y además la plataforma debe estar disponible en cualquier momento. Además, los usuarios hoy en día buscan que el software les simplifique el trabajo y no se lo complique aún más con un sin fin de opciones dispersas en menús y barras de herramientas cargadas de botones. Esto implica que el desarrollo de un simple CRUD de un servicio no se quede en la mera inserción de un registro en una tabla sino que haga una serie de operaciones sin necesidad de que el usuario las desencadene accediendo a otros menús o haciendo clic en botones dentro de la aplicación, todo ello de una manera eficiente y casi instantánea. Un ejemplo claro es el de crear una simple factura. ¿Por qué las aplicaciones más arraigadas y asentadas en el sector no son capaces de generar un PDF con la factura que el usuario acaba de introducir en el formulario y obligan a éste a hacer clic en el botón o opción de menú «Generar PDF»? Parece una tontería pero de esta manera el usuario percibe el software como una herramienta que le simplifica y le ayuda en su día a día haciéndolo más amigable.
Esto no es algo nuevo que hayamos inventado en Anfix, se llama «Experiencia de usuario». Una serie de pautas, no sé si llamarlas metodología, que ayuda a que los programas que diseñamos los Informáticos están pensados más en el usuario y no en las necesidades del ordenador.
Aunque esta sea mi
tarea principal, también soy responsable de la arquitectura y el performance de la parte back-office de las aplicaciones, de las plataformas de desarrollo y tests automáticos, estas últimas desarrolladas por nosotros y coach de los perfiles Junior y nuevas incorporaciones.
Qué te gusta más de tu trabajo
Sin duda alguna lo que más me gusta de mi trabajo es poder diseñar y desarrollar sistemas que resuelven los problemas y retos que nos plantean los clientes en proyectos que pretenden automatizar métodos de trabajo menos automatizados con el objetivo de ofrecer un método más simple y menos costoso.
En Anfix, además he podido ser partícipe del nacimiento de un proyecto y de una empresa, ya que en mi trayectoria profesional (como en la de muchos compañeros) hemos «caído» en proyectos que estaban en fases de mantenimiento para los cuales ya estaban asentadas las bases del trabajo y las metodologías que debíamos utilizar. Esto supone un continuo debate sobre multitud de elementos como las herramientas a emplear, la metodología a seguir, la infraestructura a utilizar, etc. Nos obligó a repensar las cosas mil veces, a hacer autocrítica de si ese era el mejor camino, teniendo en cuenta los objetivos y valores que siempre hemos mantenido pero con la incertidumbre de lo que pueda o no ocurrir en el futuro. Como os podéis imaginar no ha sido fácil y he de deciros que el trabajo no ha acabado, aún seguimos repensando las cosas porque una vez que el software ve la luz, se enfrenta a los verdaderos problemas que plantean los usuarios y en alguna ocasión nos hemos visto obligados a hacer cambios o rehacer elementos porque lo diseñado no se correspondía con la realidad del usuario.
Superamos con éxito la salida al mercado después de tirarnos 2 años en la cueva desarrollando el «core» del sistema y la primera aplicación que vió la luz. Todo este trabajo fue reconocido en medios de los sectores económicos y tecnológicos, y nos hemos posicionado como una de las empresas punteras en desarrollo cloud en España. Después de todo el esfuerzo empleado y de las dudas que surgían sobre si lo que se estaba desarrollando iba a calar o no en el mercado, este reconocimiento supuso un plus de motivación para continuar en esta línea.
Qué retos encuentras en tu trabajo
El primer reto que nos encontramos mis compañeros y yo al comenzar nuestra andadura en Anfix fue pensar en qué manera íbamos a trabajar, con el objetivo de ser lo más productivos posible. Como os podéis imaginar esto no es una tarea trivial y que de vez en cuando vamos adaptando para ajustarnos a las necesidades del momento. Esto ha supuesto multitud de reuniones, debates y discusiones para llegar a un punto de encuentro, y creedme si os digo que no ha sido nada fácil.
Como he mencionado anteriormente siempre estamos buscando la máxima calidad y eficiencia en todo lo que desarrollamos. Esto hace que siempre nos cuestionemos si lo que hemos diseñado es lo mejor desde el punto de vista del usuario, y si así lo creemos, buscamos la manera más óptima de implementarlo. No nos conformamos con que simplemente funcione, sino que además debe hacerlo de la manera más eficiente posible.
Esta es la mentalidad con la que trabajamos día a día, lo cual plantea un reto diario en todo lo que hacemos.
Qué has encontrado que haga tu trabajo más fácil
Creo que hay tres cosas que hace que el trabajo diario sea más fácil:
- Que el trabajo que realizas te guste y te apasione.
- Formar parte de un buen equipo de trabajo, tanto en lo profesional como en lo personal.
- El apoyo y comprensión de la familia.
Es muy importante que el trabajo que haces te guste y te apasione, ya que le dedicamos mucho tiempo. Dado los problemas y retos que se nos plantean a diario en nuestra profesión, una alta motivación, nutrida en gran parte por estos sentimientos, nos ayuda a resolver estos problemas y buscar las soluciones más adecuadas. Esto es como una espiral, si se afrontan los retos de una manera positiva, seguro que damos con la solución más adecuada y esto nos dará una motivación extra.
El ambiente de trabajo también es fundamental, porque si tienes la suerte, como en mi caso, de formar parte de un equipo de trabajo excepcional en el que puedes confiar, en el que sabes que te puedes apoyar en caso de que te enfrentes a problemas en los que parece que no encuentras una solución satisfactoria, de los que puedes aprender y seguir creciendo como profesional, pues las cosas se ven con otra perspectiva.
Y por último, pero no menos importante, es que tengas el apoyo de la familia. El trabajo que desempeñamos como Informáticos no siempre es un trabajo con un horario fijo. No podemos encender el «chip» cuando entramos en la oficina y apagarlo cuando salimos de ella. Siempre que tenemos algún problema más o menos complejo que resolver, el «coco» nos está dando vueltas continuamente intentando buscar las soluciones más adecuadas al mismo. También hay momentos de mucho estrés y presión que gracias a ellos son más llevaderos.