Paul Graham, autor de libros conocidos como Hackers & Painters, On Lisp, y de múltiples ensayos, acaba de publicar un artículo sobre patentes de software.

En general Graham mantiene la idea de que estar en contra de las patentes de software es estar en contra de las patentes en general.

Paul Graham, autor de libros conocidos como Hackers & Painters, On Lisp, y de múltiples ensayos, acaba de publicar un artículo sobre patentes de software.

En general Graham mantiene la idea de que estar en contra de las patentes de software es estar en contra de las patentes en general.

Dice que el software es lo suficientemente complejo y novedoso como para que las oficinas de patentes no comprendan su alcance. De este modo subraya la diferencia entre estar en contra de que se patente software que a) no sea novedoso y b) sea obvio, con estar en contra de las patentes.

Evidentemente patentar el «one click buy» como hizo Amazon no es un problema de las patentes, sino de la oficina de patentes. Es algo obvio. Algo que en otro campo nunca podría haberse patentado. El problema, una vez más, es la falta de conocimiento de la oficina de patentes.

Por otro lado explica la gran diferencia entre el campo del software y otras ingenierías: a pesar de contar con una patente y un grupo de expertos, en software, eso no asegura construir correctamente un sistema. Se necesita algo más que eso: profesionales motivados y cualificados. En software es la gente la que marca la diferencia.

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