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Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León

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Diego Güemes desde Silicon Valley

Anteriormente os presentamos a Diego Güemes, uno de los seleccionados por StepOne  para el programa Jóvenes con Futuro y que actualmente está en Silicon Valley. Hoy nos cuenta como empezó en esto de la informática y cómo llegó hasta aquí.

Cuando mis padres me compraron mi primer ordenador, me encantaba trastear con él y no paraba de buscar en Internet sobre comandos de la consola de Windows tales como ipconfig, telnet, ftp, etc. En el fondo creo que, realmente ,no sabía lo que hacían esos comandos pero me gustaba aparentar que sabía hacer más cosas que mis compañeros de clase.

Toda esta obsesión por saber hacer más cosas que los demás, se incrementaba gracias a películas de “hackers” como “Juegos de Guerra”, en las que los protagonistas, que suelen ser chicos de 15 años (más o menos como yo por aquel entonces), se infiltraban en los sistemas informáticos como por arte de magia. Tengo reconocer que soñaba con ser como ellos.

También recuerdo a mis compañeros del instituto preguntándome dudas que les surgían con sus ordenadores. Así que cuando aprobé selectividad lo tenía muy claro, ¡quería estudiar Ingeniería en Informática para que me enseñasen a hacer lo mismo que los protagonistas de las películas! Así que sin pensarlo, me matriculé en la Universidad de Burgos. En aquel momento no tenía absolutamente ni idea de lo que la Ingeniería en Informática significaba.

Después de estudiar allí unos cuantos años, tampoco sabía lo que significaba tener un Colegio de Ingenieros, de hecho no sabía ni que existía hasta que asistí a la 5ª Noche de la Ingeniería Informática de Castilla y León. Lo recuerdo muy bien porque el profesor de una asignatura y decano del colegio, Pablo Santos, realizó una competición en clase para que nos involucrásemos en una práctica y el equipo que elaborase la mejor práctica podría ir a la cena. Al final fuimos dos grupos. Después de eso me pre-colegié e incluso, asistí también a la 6ª Noche, donde Pablo me habló sobre un programa de prácticas en EEUU: La iniciativa Jóvenes con Futuro de StepOne.

Anteriormente os presentamos a Diego Güemes, uno de los seleccionados por StepOne  para el programa Jóvenes con Futuro y que actualmente está en Silicon Valley. Hoy nos cuenta como empezó en esto de la informática y cómo llegó hasta aquí.

Cuando mis padres me compraron mi primer ordenador, me encantaba trastear con él y no paraba de buscar en Internet sobre comandos de la consola de Windows tales como ipconfig, telnet, ftp, etc. En el fondo creo que, realmente ,no sabía lo que hacían esos comandos pero me gustaba aparentar que sabía hacer más cosas que mis compañeros de clase.

Toda esta obsesión por saber hacer más cosas que los demás, se incrementaba gracias a películas de “hackers” como “Juegos de Guerra”, en las que los protagonistas, que suelen ser chicos de 15 años (más o menos como yo por aquel entonces), se infiltraban en los sistemas informáticos como por arte de magia. Tengo reconocer que soñaba con ser como ellos.

También recuerdo a mis compañeros del instituto preguntándome dudas que les surgían con sus ordenadores. Así que cuando aprobé selectividad lo tenía muy claro, ¡quería estudiar Ingeniería en Informática para que me enseñasen a hacer lo mismo que los protagonistas de las películas! Así que sin pensarlo, me matriculé en la Universidad de Burgos. En aquel momento no tenía absolutamente ni idea de lo que la Ingeniería en Informática significaba.

Después de estudiar allí unos cuantos años, tampoco sabía lo que significaba tener un Colegio de Ingenieros, de hecho no sabía ni que existía hasta que asistí a la 5ª Noche de la Ingeniería Informática de Castilla y León. Lo recuerdo muy bien porque el profesor de una asignatura y decano del colegio, Pablo Santos, realizó una competición en clase para que nos involucrásemos en una práctica y el equipo que elaborase la mejor práctica podría ir a la cena. Al final fuimos dos grupos. Después de eso me pre-colegié e incluso, asistí también a la 6ª Noche, donde Pablo me habló sobre un programa de prácticas en EEUU: La iniciativa Jóvenes con Futuro de StepOne.

A principios de verano, presenté la solicitud en ese programa y el proceso de selección duró más de tres meses, incluyendo varias etapas:

Ejercicios de programación. Entrevistas con los directores del programa. Entrevistas con alumnos de años previos. Entrevistas con las empresas americanas.

Finalmente, me comunicaron que formaría parte de esta edición del programa y es cuando comienza la pesadilla de un interminable papeleo para ir a trabajar EEUU.

Aterricé en EEUU hace unas 3 semanas. Una vez aquí, lo que más me quitaba el sueño era el alojamiento, porque realizan auténticas entrevistas para alquilar cualquier habitación. Con suerte y un poco de paciencia, no tardé demasiado en encontrar algo, y es que no te encuentras cómodo del todo hasta que no estás completamente asentado.

La empresa para la que trabajo se llama Vessel y está localizada en Silicon Valley, concretamente en Sunnyvale. Actualmente ocupo la posición de Ingeniero de Software, más enfocada al desarrollo frontend, aunque también programo en el backend de vez en cuando. El producto principal de la empresa es una aplicación para realizar A/B Testing, permitiendo a los usuarios ejecutar test de usabilidad para determinar cuáles son los cambios que más impacto tienen en una aplicación móvil, así como desplegar las mismas sin tener que pasar por el proceso de despliegue en Google Play o App Store.

El día a día es un auténtico reto, aparecen nuevas características que mejoran el producto, cada una más difícil que la anterior, cosa que me encanta. Algo que siempre había pensado es que los programadores de EEUU debían ser mejores que los de España y podrían resolverlo todo pero, ¡para nada es así! Son exactamente iguales que el resto, no son ni mejores ni peores. Las pizarras en la oficina, se usan para lo que realmente hacen falta: diagramas, bocetos y decisiones de diseño e implementación sobre las que los desarrolladores discutimos.

Además, el ambiente del trabajo es buenísimo, los compañeros hacen que te sientas realmente como en tu casa.

Una cosa que me sorprendió mucho, es el día que me pidieron que eligiese lo que quisiera para el “pedido”. La empresa realizó un pedido tremendo de snacks para la oficina y todos pueden comer lo que quieran y cuando quieran.

También se preocupan de llevarme a eventos de informática, como en mi caso fue hace unos días la Android Developer Conference 2013.
 

Hasta aquí, todo el esfuerzo que realicé en verano, ¡ha merecido la pena!

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